lunes, 11 de marzo de 2013

La luz interior


Cuando las expectativas de médico y paciente no coinciden...



Cada día acuden a la consulta personas con ganas de mejorar su aspecto físico, concertando una visita informativa.

Vienen recomendados por otros pacientes, por alguna publicación que han leído mía o vía internet (facebook, Twitter, web)

Lo primero que hago es observarlos en recepción, qué leen mientras esperan, cómo se mueven, entonces me acerco para buscarlos y llevarlos a mi despacho.

Es allí donde les pregunto qué les ha traído a nuestro centro, qué les preocupa y qué quieren mejorar. Les dejo hablar un buen rato y les observo mientras lo hacen. Sus gestos, su mímica. Mientras me explican intento averiguar su edad, miro sus manos, las orejas, el cuello.

Y sólo cuando sé la edad, a qué se dedican, qué tratamientos previos han tenido y cuál es su motivación en esos momentos lanzo mis consejos. Les explico lo que yo considero que pueden mejorar, cómo lo haría, cuales son los pasos a seguir, en cuánto tiempo pueden conseguir sus/mis objetivos y cuánto les costaría.

No sé si es el destino que los trae a mí, el tipo de información previa acerca de nuestro centro pero casi tod@s coinciden en pedir: pero sobretodo Dra. que el resultado sea natural! Por supuesto, eso es lo que pretendemos!


Aunque alguna vez hay personas que por las circunstancias por las que atraviesan...(separación, búsqueda de pareja...de trabajo...) piensan que éste objetivo va a depender del aspecto que consigan al pasar por el tratamiento médico- estético. Otras veces la autoestima del/la paciente está tan por los suelos que debes ir de puntillas para no pisarla, y ahí es donde entra la Dra/coach y el trabajo emocional.


Muchas veces se repiten las peticiones: ¿Pueden cerrarse los poros dilatados? ¿Puedo aumentar la luminosidad de la piel? ¿Puede quitarme el código de barras? (arrugas peribucales verticales) ¿Puede plancharme la frente? ¿Puede quitarme este aspecto tan triste? ¿Hay algo para las patas de gallo? A lo que yo contesto: Por supuesto, las únicas cicatrices que deben cerrar por segunda intención son las del alma, se puede mejorar la luminosidad de un rostro, la sonrisa caída, los ojos tristes por caída de párpado, pero todo depende de tu luz interior que es la que debe proyectarse a través de los ojos, del rostro, de la piel, de los labios. ¿De qué sirven unos párpados sin arrugas si en los ojos no hay brillo?

Les hacemos entrega de una explicación por escrito de los procedimientos médico-estéticos de los que hemos hablado, por si, en la premura de la entrevista queda algún aspecto sin explicar o algún paso que hemos obviado.



Marchan a su casa con la información y tras un período de reflexión nos llaman para la primera visita.

Volvemos a repasar los pasos a seguir, los procedimientos, los materiales.

Es muy reconfortante comprobar cuando acaba el tratamiento y el/la paciente se mira al espejo y te da las “gracias porque sigo siendo yo, Dra”. Por supuesto que sigues siendo tú con la autoestima mejorada y una doble luz: la interior y la que irradia tu piel.


Es muy gratificante hacer feliz a los demás y dedicarte a lo que más te gusta, y que encima te paguen por ello.

Nunca tuve dudas acerca de lo que quería hacer de mi vida.

by Dra. Inma González