Ginecosestética: necesidad terapéutica o Marketing?
La
semana pasada estuve en Madrid impartiendo un curso de Medicina Antiaging para médicos en el que suelo explicar cómo hago
una Medicina Integrativa desde el
punto de vista de la prevención, consiguiendo en primer lugar la implicación
del paciente en su proceso de salud y abordo en una primera vista un
diagnóstico de los puntos débiles que
pueden llevar a este paciente a tener una madurez no saludable.
Para
ello indago mediante un interrogatorio sus hábitos
alimentarios, estudio su vulnerabilidad
digestiva y hago un estudio mediante mineralograma
de sus minerales, oligoelementos y
estrés oxidativo, valoro el nivel de neurotransmisores
y con toda esta información hacemos un plan de jubilación a medida, de
manera que le propongo cambio de hábitos (alimentación, ejercicio, control del
estrés...) le pauto micronutrientes deficitarios e imprescindibles para
funciones que se están debilitando y le propongo una serie de tratamientos reparadores en caso de envejecimiento de la piel ya sea
inducido por el exceso de exposición solar o cronológicamente.
El
curso gustó a mis colegas y suscitó un enriquecedor debate entre los que nos
preocupamos de la prevención de la salud y realizamos un tipo de medicina más humana y biológica.
El
mismo día por la mañana me invitaron a la cadena SER, un programa de salud y
bienestar que se llama BeOk y dirigen la periodista Lourdes Lancho y la
Nutricionista Ángeles Quintas. El tema de la tertulia era la Menopausia y la salud de la mujer madura.
Hablamos
sobre lo peyorativo del término Menopausia y en momento dado Lourdes Lancho me
comentó indignada que en una vista ginecológica le dieron un resultado de una
citología vaginal en el que se informaba de una atrofia vaginal. Lourdes que
ronda los cuarenta y tantos se indignó por la expresión: Atrófica! Y lo
comentamos de modo distendido en la tertulia. Sí, mija, lo que es Anatomo
patológicamente atrófico, es atrófico, según el diccionarios de la Real
Academia Española: “Disminución del volumen o tamaño
de un órgano o de un tejido orgánico debido a causas fisiológicas o
patológicas”.
Como
habíamos hablado de soluciones a problemas concretos de la menopausia como los
sofocos, la irritabilidad, el acúmulo de grasa a nivel abdominal y demás
cambios morfológicos que se nos presentan a las señoras en este período y su
solución desde el punto de vista micronutricional, y desde otras terapias
biológicas, me preguntó Lourdes si la dichosa atrofia vaginal no tenía también
una solución natural.
Sí, le
comenté, el mejor tratamiento es la prevención, llevando una vida sexual sana y
satisfactoria, pero desgraciadamente el descenso de los estrógenos (hormonas
femeninas) es un hecho fisiológico e inevitable, y como no somos partidarias de
las Terapias Hormonales Sustitutorias tenemos que acudir a ungüentos que
incorporamos en nuestros rituales diarios de higiene a base de hidratantes y
lubrificantes naturales.
Pero la
buena noticia es que desde el punto de vista médicoestético estamos trabajando
con equipos médicos para revertir este tejido atrófico mediante Láser y Radiofrecuencia. Se trata de
tratamientos más invasivos que producen una exfoliación de los tejidos
atróficos para conseguir una Bioestimulación (fisiológica y reparadora) de los
mismos. Y no sólo de la pared de la vagina propiamente sino de las estructuras
de sostén de suelo pélvico, con lo cual podemos prevenir y revertir la
incontinencia urinaria (otro de los efectos del descenso de estrógenos y de los
partos) con lo cual estamos en un momento que podríamos decir adiós a las
compresas para pérdidas urinarias leves y seguir haciendo “Zumba” hasta los 80
sin preocuparnos por esas gotitas.
Y ahora os
pregunto:
¿Qué os
parece? Es una necesidad o una operación de Marketing para ganar un trozo del
suculento mercado que representa la mujer madura más longeva y vital que el
hombre? Os someteríais a una corrección de este tipo en caso de insuficiencia
de suelo pélvico y pérdidas de orina o de atrofia vaginal?
By Dra.
Inma González